

La Casa de Don Ignacio
¿Qué les brinda a los visitantes La Casa de Don Ignacio de Loyola ?
La Casa de Don Ignacio de Loyola (La Casa) es un centro ecuménico que recibe a todo aquel que decide hacer una pausa, mirar hacia adentro, y soltar las viejas energías innecesarias. Los visitantes pueden experimentar cambios en varios planos - físico, mental, emocional, energético - debido a su trabajo en consciencia, su dedicación y concentración. El que llega a la Casa viene a dedicarse a tiempo completo a su proceso.


¿Dónde queda y cuándo se puede visitar La Casa?
La Casa fue construida hace 47 años al borde de un pueblo de (hoy) 20.000 habitantes llamado Abadiânia, en la meseta central de Brasil, a 120km de la ciudad de Brasilia y a 1060m sobre el nivel del mar. Mira hacia un valle de sierras bajas en un terreno cuyo suelo es rico en cristal de cuarzo. Alrededor de La Casa una agrupación simple de casas y posadas dan alojamiento y comida a personas que llegan de todas partes del mundo.
Es visitada por personas que viajan con el deseo de evolucionar, de tener una visión más clara de su camino, o con voluntad de resolver sus temas en varios planos (físico, emocional, mental), o personas que buscan una limpieza energética.
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La Casa está abierta todos los días de la semana y todas las semanas del año. Tres días por semana ofrece sesiones donde todos pueden participar y expandir su conexión con su propia consciencia. Un grupo de Hijos e Hijas voluntarios de La Casa organizan el inicio y desarrollo de las sesiones de forma tal que las personas que participan puedan concentrarse en una energía fuerte y poderosa debido a que se encuentra dentro de un vórtex energético. Cada participante trae sus propias conexiones y la Casa contiene todas las conexiones de todas las personas que llegan allí, de modo de poder trabajarlas.
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Las sesiones
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La Casa ofrece sesiones dos veces por día todos los miércoles, jueves y viernes del año. Todos son bienvenidos a participar de las mismas aunque es necesario conocer el protocolo a seguir.
Durante cada sesión, los participantes son conectados a una cadena de energía que recorre el salón principal, las salas de meditación y la sala de bendiciones, lo que invita a una introspección profunda. Los participantes deben decidir antes de cada sesión si van a pasar por una fila a recibir una bendición, si van a pedir una intervención espiritual o si van a sentarse en alguna de las salas de meditación.
Los que llegan con corazón abierto y pensamiento sincero, con predisposición para mirar hacia adentro y hacer su trabajo, reciben mas de lo que esperaban.
La experiencia
Cada persona es un caso único y por lo tanto cada proceso es diferente. El resultado depende en gran parte de la concentración, la dedicación y el esfuerzo que cada uno pone en tomar consciencia de todo lo que le sucede y en hacer los cambios que debe hacer. Las conexiones energéticas son una parte del trabajo y hay otra parte que es tarea de cada uno. Las señales que guían este proceso pueden llegar en forma de pensamientos, emociones, situaciones de aprendizaje, pruebas, o de encuentros con otras personas que sirven de espejo o de contraste.
El trabajo interno, por lo tanto, no está limitado a las seis sesiones semanales en La Casa sino que es constante durante toda la estadia y en especial en los días en que no hay sesiones.
Los baños de cristales
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En un sector de los jardines de La Casa se encuentran los gabinetes con las camas de cristales donde se pueden tomar “baños de cristales”. Una cama de cristales es una camilla sobre la cual 7 cristales de cuarzo de alta pureza refractan un haz de luz de diferente color y frecuencia, como lo indica la cromoterapia, e iluminan los chakras mayores que son los centros energéticos del cuerpo avatar. Una sesión o “baño de cristales” sirve para alinear y desbloquear los chakras.
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Los baños en la cascada sagrada
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Para una fuerte y rápida limpieza y cambio de la energía un baño en la Cascada de La Casa es lo más recomendable. La cascada queda a 1000 metros de la Casa bajando por el camino del valle y recibe agua que pasa por debajo de los salones de La Casa. Un breve momento bajo ésta agua es suficiente para activar nuestra energía, es un momento de meditación y de silencio, combinado con una limpieza y un baño energizante. ​
Un poco de historia:
La Casa de Don Ignacio de Loyola fue fundada por el Médium João Teixeira de Faría en septiembre de 1978, después de recibir una carta psicografiada por el Médium Chico Xavier, dictada por el espíritu del Dr. Adolfo Bezerra de Menezes indicando que Abadiânia era el lugar donde debía cumplir con su misión. Se calcula que el Médium João llegó a atender 5 millones de personas, haciendo de intermediario entre las Entidades de La Casa y los visitantes. Desde el 2019 el Médium João no participa de las sesiones, y todo somos invitados a aprovechar la energía del lugar para identificar nuestras conexiones en consciencia y buscar las respuestas en nuestro interior. La Casa funciona normalmente, con la ayuda de hijos e hijas voluntarios de La Casa.



